Ya sé lo que quiero… entonces me iré.
Voy a ir a hacer algo que supe que quería hacer hace rato
y no lo hice.
Esa es una constante en mi vida.
Acabo de tomar conciencia de que cuando confirmo que sé
que quiero algo, en vez de hacerlo me voy.
Como que el simple hecho de sentirme convencida es
suficiente, no me avoco a ejecutar las acciones necesarias para materializar mi
deseo.
Por ejemplo:
Hace unos minutos estaba buscando música para grabar un
CD, para escuchar en el estéreo de mi camioneta (la cual por cierto compré, con
muchos esfuerzos y más de un año de ahorros, hace una semana) y cuando por fin
supe qué canciones me gustaría llevar en mis trayectos, me levanté de la silla
y dije al rato lo grabo, primero iré a la tienda.
Decidí ir primero a la tienda, porque desde hace rato
sabía que necesito salir a comprar agua, pero en vez de hacer eso me puse a
limpiar y después a seleccionar música. Luego, pensé que antes de ir a la tienda
quería ir al baño a hacer pipí, pero mientras estaba en eso (que ha sido lo
único que he hecho inmediatamente al momento de saber que lo deseo) pensé en
escribir esto.
Después pensé que escribiría al regresar de la tienda,
pero rectifiqué porque sé muy bien que luego se me iba a olvidar o a pasar las
ganas de hacerlo. Así que me hice el propósito firme de dejarlo por escrito
porque debo recordarlo cada vez que me pregunte por qué no se cumplen los
objetivos o metas que muchas ocasiones me fijo.
Lo padre es que lo tengo claro y ahora debo trabajar para
que ya no me pase.