En los días recientes,
aunque son todavía de invierno, las mañanas han sido soleadas.
Hoy descubrí que me hace
muy feliz ver el reflejo de la luz del sol en las gotas de rocío que amanecen
sobre el pasto.
El brillo es algo que
siempre me atrae.
El brillo se toma como referente
de que algo es valioso, nuevo o bueno.
Sé que no todo lo que
brilla es oro, pero no tiene que serlo para ser hermoso. Yo aprecio el brillo
de la chaquira y la lentejuela, o a las personas que por su inteligencia
considero brillantes.
En este preciso momento estoy
en la habitación, intento escribir pero me distrae lo que veo en la televisión.
Están retransmitiendo un
programa que se llama “Rompecabezas” en el canal Proyecto 40, en el cual entrevistan
a integrantes de bandas de rock y en esta ocasión son los de Dildo. Por cierto
que a ese grupo yo lo había oído pero no le había puesto atención, en cuanto a
su música ni a su trayectoria, aunque ahora mismo tampoco lo estoy haciendo,
solo me llamó la atención un testimonial que dio uno de ellos, sobre su primer
amor, porque dice que fue muy pasional, que hasta la mamá de la chica encontró
una carta y así se enteró que ya habían tenido relaciones, entonces obligó a la
chica a dejarle de hablar y él, borracho y loco, fue a buscarla a su trabajo en
un lugar donde vendían hamburguesas para armar un pancho. Total que al final
terminaron en paz, pero luego de esa singular anécdota.
No era de Dildo de quienes
quería escribir, sino de Fangoria. Esta banda española, que más bien es el dúo
que forman Olvido Gara -artísticamente conocida como Alaska- y Nacho Canut,
lanzó el 15 de enero el sencillo “Geometría polisentimental”, anticipando así
la salida en febrero del álbum “Canciones para robots románticos”.
Y resulta que eso sucedió
justo el día de mi cumpleaños número 39. Tuve oportunidad de ver el video de la
canción y quedé fascinada. Lo tomé como un estupendo regalo de cumpleaños.
De hecho, este post era más
bien con el propósito de hablar de cómo pasé este suceso de llegar al último de
los treintas. Arreglé todo para no tener que salir de casa ese día, ni ver
personas ajenas a mi familia.
Desactivé la cuenta de Facebook
para no recibir mensajes de felicitación ni más invitaciones, ya había
rechazado varias durante toda la semana.
No es cuestión de edad,
sino de llegar a un punto de conciencia en el cual no me apetece complacer a
nadie. Muchos creen que es depresión eso de aislarme y no seguir los patrones
de comportamiento que todos asumen como normales, pero en realidad me siento
mejor que nunca conmigo misma, a tal grado que no necesito la aceptación de
otra gente.
No me da la gana de dar
explicaciones sobre mis decisiones. No tengo interés en perder mi tiempo
saliendo a un lugar y otro con decenas de personas que muchas veces son idiotas
o hipócritas.
Tener 39 es bien chingón.
Ya no siento pena por mandarlos al demonio.
Yo estoy celebrando la
vida cada uno de los días. Cada vez más cuido y valoro la paz, la libertad, la
salud y los demás bienes materiales e inmateriales que yo misma me proveo, con
mi esfuerzo y con mi convicción. Eso es muy importante: no dependo ni espero
depender de alguien más para resolver mis necesidades.
Hace seis años dejé de fumar.
Últimamente no bebo alcohol o lo hago muy poco y definitivamente nada, si voy a
conducir mi auto. Respeto las reglas de vialidad, cumplo con la ley, tengo mis
declaraciones fiscales totalmente al corriente, procuro ser puntual a
donde voy, hasta estoy comiendo más sanamente, reduje mi consumo de azúcar,
evito desvelarme y trato de cuidar mis gastos.
Sigo siendo un desastre, pero
un poco menos que antes.
Así es como se celebra la
vida.
Mi hija América repite
frecuentemente que la frase “YOLO” –You Only Live Once- está equivocada, ya que
significa “Sólo vives una vez”, pero sólo mueres una vez y vives todos los
días.
Esta casa está en la calle Voz de la Frontera de Matamoros, por donde venden unas aguas frescas muy famosas. Se ve que al dueño le gustan Las Chivas ¡neta!
Invitación a la ceremonia de aniversario de la Red de Mujeres Periodistas
Los esperamos a todos el 28 de agosto a las 9 horas en el museo Casamata
Todo tiempo pasado fue anterior
¿Cómo podía vestirme así? Evidentemente no había tenido a mi cuarta hija. A mi lado Karla Pérez y Adriana González.
En julio de 2006 entrevisté a una mujer que cumplía un siglo de vida ¡genial experiencia!
Dios mio, hazme viuda por favor
Una de las mejores entrevistas de mi vida, con Josefina Vázquez Mota, cuando era coordinadorade campaña de Felipe Calderón. Hablamos de letras, de poesía y ella recitó a Jaime Sabines (conservo ese caset).