Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

domingo, 25 de mayo de 2008

Plácido domingo

El domingo es el peor día de la semana para mi. ¡Los domingos son el maldito infierno!
Tener que trabajar cuando la mayoría de la gente con calidad de vida descansa, no es lo más fastidioso, sino las condiciones en que debo hacerlo. Y hasta parece que mis hijos se proponen a estar peleando, haciendo ruido y bueno, yo supongo que también es porque ellos tienen necesidad de salir a divertirse como sucede en la mayoría de las familias. La diferencia con el sábado es que ese es mi día “libre”, al menos en el empleo, entonces no tengo la tensión de tener que redactar, así que puedo atenderlos, pero hoy… llevo sentada una hora frente al ordenador y no he avanzado ni una letra. Eso porque cada vez que empiezo una idea, algo sucede, o llora la bebé o es que cualquiera de los otros tres está haciendo lo que sea para distraerme. Yo le veo varias soluciones al asunto pero la mayoría de ellas son rechazadas por la Unicef.. jijiji, al menos hay que verlo con un poco de humor.

jueves, 22 de mayo de 2008

Noche obscura en Garibaldi

El primer disco de Café Tacuba (homónimo), inicia con una canción titulada “Noche oscura”. Esa como cada una de las otras 12, es genial. Esta vez solo me refiero a esa porque me vino a la mente cuando me sucedió lo siguiente.
Hace unas semanas fui de vacaciones al D.F. Por azares empaté con gente que quería pasear por la plaza Garibaldi, que ninguno de nosotros conocía, solo que por su fama sobre espectáculos de maiachi pensábamos que podía se un buen plan.
Pues entonces llegamos y de pronto un chico nos invitó a pasar a un bar donde se presentaba “la voz gemela de Juan Gabriel” y otros artistas folklóricos. En ese momento recordé que en Madrid también andan los promotores de los centros nocturnos en la calle invitando a la gente a pasar, y para animarlos les invitan una caña o una cerveza chiquita de cortesía. Entonces le pregunté al muchacho si nos iba a ofrecer algo gratis, y respondió que eso sería la variedad, que no se cobra la entrada y que la cerveza costaba 20 pesos, como decía un letrero a la entrada.
Anochecer Tapatío se llama el changarro ese, donde después de unas cinco bebidas entre siete personas nos llegaron con una cuenta de casi 800 pesos. En la nota se contaban 4 cervezas de 42 pesos y una limonada por 38 o algo así, pero aparte nos aplicaban como 350 por “concepto de variedad”, propina e impuestos. ¿Pues no que la variedad era gratis? Pregunté, pero el imbécil del gerente dijo que en la carta viene escrito que al ordenar cualquier bebida el cliente queda obligado a pagar todos esos cargos, así que avisado está y no tiene dispensa. Además el muchacho ese nos dijo que la cerveza valía 20 pesos, y dice “pues sí, vale 20 pesos pero en la tienda de al lado”.
Pues ahí como buenos norteños sacamos la casta y no nos dejamos timar. La hicimos cardiaca y al final pagamos solo el consumo, aunque aún así era más caro de lo que esperábamos, pero porque en el cuchitril ese evidentemente no tienen palabra, de hecho no tienen vergüenza, se dedican a estafar a la gente, pero en lo personal me sirvió para conocer lo que quería: la verdad de la plaza Garibaldi.

“Noche oscura”

Esta fue la noche oscura,
la decadencia se respira,
lo underground está de moda,
así se espera
todas las noches que ocurra.

Algo va a suceder,
el alcohol nos va a embrutecer,
mujeres se van a perder.

Esta fue la noche oscura
y en transporte subterráneo llegamos.
Por eso estas canciones cantamos:
"La Oscura Noche" y "La Negra".

Algo va a suceder,
el alcohol nos va a embrutecer,
mujeres se van a perder.

Noche oscura en Garibaldi,
todos de negro vamos.
Noche oscura en Garibaldi
y como buenos charros cantamos.

Charros negros borrachos.
Charros negros mareados.
Charros negros ahogados.
Charros negros borrachos.

jueves, 1 de mayo de 2008

Quién me ha robado el mes de abril?

Cierto. He desatendido mi blog por mucho tiempo.
De hecho, acabo de notar que se terminó abril y no tuve ni una entrada.
Razones hay muchas, tantas que hasta se me hace innecesario (y no es mi práctica favorita) dar explicaciones.
Creo que en estos días de ausencia en el mundo virtual he aumentado mi presencia en el mundo real, me alejé de los malos hábitos y de algunas malas compañías. De hecho estuve siguiendo el camino de Jesús. Así se llama el mecánico trácala que tuvo mi carro casi siete semanas en “reparación” y ni siquiera lo dejó bien arreglado.
Fui muy precisa al decir que “me alejé” en pasado, porque esta noche me volví a acercar a los hábitos del tabaco y el alcohol (tanto pasé sin postear, como sin fumar ni beber). No intento explicarme por qué, pero coincide con mucha frecuencia que haga las tres cosas simultáneamente.
De las malas compañías pues… lo malo y lo bueno es tan relativo…
A decir verdad yo siempre he estado alejada de las malas compañías, más bien son ellas las que se me acercan (es como la frase de Regina Orozco, que le mata el gallo a “I Don't Like the Drugs But the Drugs Like Me” de Marilyn Manson: Yo sí creo en Dios, pero Dios no cree en mí).
Para ser honesta, una mala compañía es aquella que paga muy bajos salarios a sus empleados y en ese caso, no, no me he alejado de la compañía de la que debería alejarme…