De hecho, acabo de notar que se terminó abril y no tuve ni una entrada.
Razones hay muchas, tantas que hasta se me hace innecesario (y no es mi práctica favorita) dar explicaciones.
Creo que en estos días de ausencia en el mundo virtual he aumentado mi presencia en el mundo real, me alejé de los malos hábitos y de algunas malas compañías. De hecho estuve siguiendo el camino de Jesús. Así se llama el mecánico trácala que tuvo mi carro casi siete semanas en “reparación” y ni siquiera lo dejó bien arreglado.
Fui muy precisa al decir que “me alejé” en pasado, porque esta noche me volví a acercar a los hábitos del tabaco y el alcohol (tanto pasé sin postear, como sin fumar ni beber). No intento explicarme por qué, pero coincide con mucha frecuencia que haga las tres cosas simultáneamente.
De las malas compañías pues… lo malo y lo bueno es tan relativo…
A decir verdad yo siempre he estado alejada de las malas compañías, más bien son ellas las que se me acercan (es como la frase de Regina Orozco, que le mata el gallo a “I Don't Like the Drugs But the Drugs Like Me” de Marilyn Manson: Yo sí creo en Dios, pero Dios no cree en mí).
Para ser honesta, una mala compañía es aquella que paga muy bajos salarios a sus empleados y en ese caso, no, no me he alejado de la compañía de la que debería alejarme…
1 comentario:
Hola chica de luz.
Ya no te desaparezcas tanto, yo entro de vez en cuando a tu blog para leer alguna de tus patoaventuras y nada, se te extraña mujer. A veces el cyberespacio es la única forma en la que uno se puede enterar de lo que andan haciendo los amigos.
Sabes que te quiero mucho y espero que todo en tu vida vaya bien.
Vero Valdez
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