Cada vez
que hago limpieza en casa me pregunto cómo se puede ser tan injusto con las
trabajadoras del hogar y por qué este tipo de tareas se han encasillado para su
desempeño exclusivamente o principalmente por el sexo femenino.
No solo
es agotador sino además muy mal pagado como trabajo. Quienes toman la limpieza
doméstica como un empleo son personas que lógicamente no tienen acceso a otra
opción, carecen de estudios o no cuentan con capacidades para algo distinto, lo
que las hace personas en condición de vulnerabilidad, lo que hace del abuso hacia sus derechos laborales, algo doblemente lamentable.
Me
pregunto también cuántas de mis amistades le dan seguro social a sus empleadas.
Personalmente
no contrataría a alguien para abusar de sus derechos. El aseo de la casa donde
vive mi familia se hace entre todos los y las que la integramos, eso es lo que
nuestra economía nos permite y lo más justo porque el que ensucia tiene que
limpiar.
El
problema con el abuso hacia las trabajadoras del hogar es que unos cuantos que
sí somos conscientes no resolvemos la falta de justicia social, ni las omisiones
que cometen los que hacen la mayoría.
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