Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Droga- Cola

Traía una jaqueca tremenda. Me tomé una Coca cola y se me quitó. Ha de ser por la cafeína, que actuó como analgésico, pero en realidad el dolor de cabeza lo atribuyo más a la sinusitis.
Y a propósito. Todo el día he traído esta rola zumbando en la cabeza, se llama La Primera Calle de la Soledad, de Jaime López, que por cierto va a ser el artista en honor al cual se hará el Festival Internacional de Otoño edición 21. No pude tener mejor noticia para iniciar esta semana.
La comparto porque yo digo que el dolor de cabeza se debió a la congestión provocada por alguna alergia a algo que se me debe haber atravesado y ni siquiera supe, pero ahora solo pienso en esa frase que dice "tal vez te suenen mis palabras a humedad ahumada urbana, tan cascadas por la sinusitis que contraje, pero te traje escaparates ¡ya le va, pa' su mercé!

viernes, 2 de agosto de 2013

Nada en la nevera. ¡Ni nevera!

“Ella empacó su bistec con todo y refrigerador” es el nombre de una canción que me viene a la mente al tratar de hilar las ideas que me ha generado la circunstancia que atañe a este momento en mi vida: mi refrigerador falleció (bueno, dejó de funcionar, para no ser tan trágica).
El caso es que siento que este es un Deja vu, algo que ya había vivido.  De hecho lo es. Cuando comencé a escribir en mi blog Luz de todos los astros, el tema de la nevera era lo in para mí, porque me las fallas que tenía me jodían la vida, más de lo que ya estaba de por sí.
Sin proponérmelo, el refri se convirtió en protagonista de mis primeros posts y no me arrepiento de ello. Fue un tiempo en que escribía por el solo gusto de hacerlo, pero igual era una práctica para luego usar los blogs con propósitos “científicos” (bueno, es que se me ocurrió inventar que el periodismo es una buena justificación para hablar de los demás con fines científicos).
Pasó eso y ahora pienso que esa es la forma más auténtica de escribir, la más espontánea, la que no lleva pretensiones.
He estado yendo a un curso de periodismo impartido por Julio Rubio, director de la Revista Vertical y en cada sesión regreso preguntándome cuánto de lo que sé es correcto y cuánto no, aunque en realidad eso no me agobia porque he superado hace mucho al demonio de la relatividad.
Aquí lo importante es no perder la capacidad de autocrítica, la humildad, la disposición para aprender de los demás.
Mencioné lo del curso porque ahí es donde me planteaba lo de la redacción y como al llegar a casa recordé que el refrigerador ya no funciona, y las otras circunstancias chingativas que me impiden desarrollar mis textos y mis ideas cuando quiero, y no solo por pensarlo, sino porque es cierto que lo hacen, me quedó claro que no iba a poder escribir todas esas cosas para las que venía bien inspirada.

Naaah. Ya pasó.