Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

jueves, 24 de abril de 2014

Analfabetismo paternal

Acabo de ver una entrevista por televisión con el flautista Horacio Franco en la cual explicaba por qué en sus conciertos ofrece obsequios a las mujeres que traigan condones consigo. Entre otras razones como la prevención de enfermedades de transmisión sexual, él dijo que le preocupan los embarazos no deseados entre los jóvenes que no están preparados para ser padres a temprana edad, pero más que eso, lo que llamó mi atención fue que se refiriera a la paternidad en términos que yo no había considerado antes y que me parecieron bastante acertados.
Por ejemplo comentó que cuando descubrió su gusto por la música le interesaba más el piano que la flauta, pero en ese tiempo no había dinero en su familia para comprar un piano, así que debió encausar su inquietud artística hacia la flauta, porque fue el instrumento que le dieron en la secundaria. Sin embargo, al referir la condición económica de sus padres también mencionó que ellos no solo eran pobres, sino analfabetos, pero que padecían el analfabetismo emocional. “Me criaron como pudieron”, fue lo que enfatizó al completar el comentario.
Me quedé pensando ¿cuántos de nosotros padecimos ese analfabetismo emocional al intentar ser madres y padres?
Probablemente todas y todos.
Es que no existe una fórmula que especifique qué es y cómo ser buenos padres, así que mi teoría es que más bien, las y los hijos son los que acaban educándonos.
Eso no significa que Horacio Franco no tenga razón al opinar que a los 17 años o menos no se tiene capacidad física, emocional ni económica para involucrarse en un proyecto de vida tan importante. Coincido con él en que a esa edad, los seres humanos no hemos vivido suficiente para sentirnos satisfechos y autorealizados, por ende, tampoco somos capaces aún de asumir la responsabilidad de formar a un nuevo ser.   
En cualquier caso, a todos nos toca una historia diferente y ya sea en el papel de padres o hijos criados en el analfabetismo emocional, me consta que se sobrevive.

Por último y aunque no tiene nada que ver, solo quiero añadir, que además de fascinarme los conceptos que escuché en la entrevista de Horacio Franco, sobre el arte y sobre la vida, también me pareció un maravilloso músico y me inspiró el para escribir este breve texto, algo que no es extraño en mí, pero me confirma que el arte crea belleza y la belleza también inspira más creaciones.