Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

lunes, 8 de agosto de 2011

Reconciliación.

Llevo un rato, aquí leyendo mis textos viejos. Bueno, no lo son tanto, más bien, archivados.
Los he guardado por meses y algunos por un par de años en espera de un momento y un espacio adecuado para publicarlos, quiero decir, en algún blog o algo así.
Me he dado tiempo para seleccionarlos, ya que quisiera clasificarlos por temas y quizá, en algún momento compartirlos para que pueda leerlos más gente.
Definitivamente, una de las razones que me han hecho esperar para divulgarlos y ser cautelosa es el miedo que impone advertir que vendrán las críticas.
Yo he tenido la pretensión desde mucho tiempo atrás de dar el salto de periodista a escritora, y la crítica es evidente que deberá estar presente si decido hacerlo, pero, hay días en que me armo de valor y pienso que podré superarla.
Lamentablemente tanta dulzura que he escuchado de mis amistades me ha hecho acostumbrarme a la miel en los oídos, pero eso me no me fortalece para aceptar una crítica negativa.
Redactar bien, por lo tanto, es una parte importante en el “proceso de creación literaria”… algo como eso dijo una vez Gabriel García Márquez (sólo lo entrecomillado y lo mencionó en otro contexto, lo primero es únicamente idea mía) y también dijo que sonaba muy mamón.
Lo siguiente, lo dice la que escribe: “La otra parte importante del proceso de creación literaria es tener valor para soportar las críticas”.
Aún no estoy segura de lo que haré cuando me tope con puntos de vista opuestos al mío, o que solo aprovechando que uno se atreve a exponer su trabajo públicamente, me agreda por diversión, eso sucede.
Como sea. La he pasado mal en tiempo reciente y sigo hipersensible, lo admito.
Cuando intento educar a mis hijas y a mi hijo les digo que a los miedos hay que enfrentarlos, entonces pienso que también debo hacerlo.
No podré saber qué pasará hasta después de que suceda, pero, en fin, ya no quiero que ese monstruo en el armario de mi imaginación me detenga. Finalmente, el miedo que tengo es a la desaprobación y eso es algo que históricamente me ha importado un pito y es momento de pensar que si me van a criticar, me van a agredir o a acabar con mi reputación, pasará y sobreviviré.
El punto, después de todo esto, es que los estuve leyendo y, siendo autocrítica, son muy divertidos.
Quiero escribir más. Llevo meses sin hacerlo, mi productividad ha sido mínima.
Desde que dejé de escribir para El Mañana en agosto del año pasado, solo escribía una o dos notas al mes para el portal de noticias que tuve y cuyo dominio expiró, después le colaboré a la revista Contralínea por tres meses con un reportaje por número, y lo más reciente lo he colgado en un blog de notas con perspectiva de género que tomé provicionalmente como medio alternaruvo, aunque también se han publicado en el portal de Red Tamaulipas.
Conservo el blog personal de Luz de todos los astros, donde abro mi corazón como en este caso, pero este espacio es muy subterráneo, pocos saben de él. Me gusta este misticismo y aún así, sigo siendo reservada en lo que publico.
Esta reconciliación con mis obras debe llegar a un puerto feliz, y es mi deseo, que en breve estén a la vista del público de todo el planeta. Así sea.

No hay comentarios: