No me gusta apostar a los proyectos de largo plazo. No sé por qué, pero me repele la idea hacer algo por tiempo indefinido. Soy más alguien de ciclos, sí, algunos a veces largos, pero al final ciclos que yo sé que se tendrán que cerrar.
Es responsabilidad de las personas saber cuándo parar, pero especialmente porque hay que fijarse objetivos y determinar que tienes nadamás un periodo para alcanzarlos.
Puede que yo sea muy radiacal, pero ahora es como pienso y si en el futuro cambio de idea, ya veremos entonces.
Luz de todos los astros
Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.
martes, 27 de noviembre de 2012
domingo, 18 de noviembre de 2012
Pedología.
La palabra “pedo” en
México, y en general para los países que hablan español castellano, es una
expresión vulgar, es decir que proviene del vulgo en su acepción relativa a “pueblo”,
por lo que podría decirse que es una palabra popular para referirse a la flatulencia.
Mi pensamiento esta mañana
fue cómo usamos las variaciones de “pedo” en muchas frases y por lo tanto se le
han ido dando otras acepciones. De hecho creo recordar que ya existe un “pedonario”,
editado por los mismos autores de “El Chingonario” (todo esto es en serio, son
temas de estudio lingüístico), pero no lo he leído y ahora escribiré lo que se
generó en mi mente este amanecer dominguero.
Antología del pedo.
Ebriedad
Se fue a la cantina y se
puso pedo
Se fue a la cantina y agarró
el pedo (o la peda).
Se fue a la cantina y se empedó.
Después de las 10 de la
noche anda pedo.
Problema
Traigo un gran pedo.
Se armó un pedo.
La hicieron de pedo.
Anda metido en un pedo.
No hay pedo si llegas
tarde.
El pedo es que te den
permiso.
Si lo hace mal, es muy su
pedo.
A mi comadre le encanta el
pedo.
Fue un pedo acabar el
trabajo.
Escándalo
Ya fue mucho pedo por una
palabra.
Tanto pedo que hiciste y a
la mera hora no te fuiste.
Los periodistas tienen que
andar en todos los pedos.
Hay que estar en la punta
del pedo.
No supe qué pedo.
Ese es el pedo de no
saber.
Fueron a ver un pedo de
dinero.
Allá él y su pedo.
A mí no me metan en sus
pedos.
Yo no me meto en pedos.
Para no entrar en pedos,
aquí la dejamos.
Salir, va a ser un pedo.
Decepción
Ni pedo…
Qué mal pedo.
Sexista
Zapatos, pinturas y ropa,
son pedos de viejas.
Superlativo.
Debido a eso se hizo un
pedononón.
Debido a eso se hizo un
pedorrón o un poedorrononón.
Debido a eso se hizo un
pedo mundial.
Debido a eso se hizo un mega
pedo.
Fue un pedísimo.
Súper pedo.
Conozco a alguien que es
bien pedote.
Diminutivo
Se me salió un pedito.
Tuvimos un pedillo pero lo
resolvimos rápido.
Positivo
Qué buen pedo verte.
Tengo amigos que son muy
buen pedo.
Estuvo bueno el pedo.
Despectivo.
Ni quien lea los textos
pedorros de Blanca Martínez.
Escribe en publicaciones
pedorras, que no sirve ni para limpiarme el pedorro.
Regaño
Le dieron una pedorreada
por lo que dijo.
Lo pedorrearon delante de
todos.
La suegra vino a echar
pedos y se fue.
El pronóstico del pedo.
La impuntualidad te va a causar
muchos pedos.
Un día te vas a meter en
un pedo.
El pedo va a ser escapar.
Va a ser un pedo lograrlo.
Nos iremos de pedo.
Como verbo
Muy temprano se empedó.
Mi mamá me pedorreó por
portarme mal.
Ahí andas empedándote,
como siempre.
Con tres cervezas, se
empeda.
Yo solo me empedo en
Navidad.
Nos empedamos todos en la casa.
Interrogante
¿Qué pedo?
¿Cuándo nos vamos de pedo?
¿Cómo acabó el pedo?
¿Hay algún pedo?
¿Cuál es el pedo?
Negativa
Ese no es tu pedo.
No tengo ningún pedo en
hacerlo.
A mí nadie me la hace de
pedo.
Recomendación
No te metas en pedos.
Arregla tus pedos.
Imperativo
Bájale a tu pedo.
No la hagas tanto de pedo.
No hagas pedo y vámonos.
También se usa
en otras frases como:
El vecino anda
en pedos muy pesados.
Cada quien su
pedo.
Así lo dijo
Alex Lora: Los perros del alto pedorraje.
Dicho popular:
"La ley del tordo: las piernas flacas y el pedorro gordo".
La banda
Molotov, amenazó hace tiempo con ponerle a su disco el nombre "¿Pedorrónde
andabas?".
Y como dije
antes, ya fue mucho pedo por una pedorra palabra, así que aquí acaba este pedo.
jueves, 15 de noviembre de 2012
Falsas costumbres
"Mientras tanto seguía pensando en el tiempo perdido, en pensar en el tiempo que pierdo"... Así empieza una rola de Alaska y Dinarama incluída en el álbum "Deseo Carnal" de 1984, excelente por cierto, que me vino a la mente hace rato cuando precisamente pensaba en el tiempo que pierdo en pensar en el tiempo que dejo escapar.
Eso suena parecido a una canción más de los músico-cómicos argentinos Les Luthiers: "Quien conociera a María, amaría a María". Pero no tiene nada que ver, excepto el trabalenguas que se forma con las frases.
Lo que pasó es que yo tenía la intención desde hace días de redactar algunas ideas sobre las cosas que me gustan, solo que me entretengo haciendo otras cosas y lo dejo.
Lo que quería escribir era simplemente que me encanta la cocina, preparar recetas y elaborar platillos me ha fascinado desde niña, aunque no es lo único, ni lo que más me agrada. También escribir, cantar, bailar, leer, patinar, diseñar modas -con todo lo que implica desde dibujar el figurín, hasta el bordado fino y la decoración con canutillo, shakira y lentejuela- y tomar café.
Eso de de lo que me acuerdo por ahora.
Creo que se me pasa decir que también escuchar música, aunque no sé si eso es lo suficientemente obvio.
No me gusta tanto el cine ni la televisión, acaso algunos documentales o comedias. Prefiero la radio.
Me gusta mucho acurrucarme con mis hijas y mi hijo en la cama, comer botanas con ellos y tener largas charlas, divertirnos compartiendo anécdotas y pensamientos.
No me gustan los tumultos ni el escándalo. No soporto a la gente reactiva, estridente, incapaz de comunicarse con claridad, a quien distorsiona el vocabulario, a hipócritas, embusteros, envidiosos, a los incongruentes, a los cínicos, a los mezquinos.
Me gusta la poesía y la novela como géneros literarios.
Disfuto el clima frío, pero no el lluvioso.
Viajar, sí pero no por mucho tiempo.
Amo a los gatos.
Los perfumes que huelen dulce, fresco y suave, esos son los que a mi me van.
El vino tinto, la cerveza, los dulces méxicanos (eso ameritaría otro post entero, ya que cada época del año me "corrompe algún vicio", lo digo con humor. Por ejemplo, en enero es la rosca de Reyes, en cuaresma es la capirotada, en noviembre el pan de muerto, y todo el año los duces de calabaza, de coco, de cacahuate, el camote y la cajeta).
Le voy a cortar aquí porque otros afanes me ocupan, pero no dejo se mencionar entre las cosas más buenas que tiene la vida, los elotes con queso, mayonesa, mantequilla y chile, además del cielo en el ocaso.
Y por cierto, según sé esta canción es autoría de Carlos Berlanga o Nacho Canut.
Eso suena parecido a una canción más de los músico-cómicos argentinos Les Luthiers: "Quien conociera a María, amaría a María". Pero no tiene nada que ver, excepto el trabalenguas que se forma con las frases.
Lo que pasó es que yo tenía la intención desde hace días de redactar algunas ideas sobre las cosas que me gustan, solo que me entretengo haciendo otras cosas y lo dejo.
Lo que quería escribir era simplemente que me encanta la cocina, preparar recetas y elaborar platillos me ha fascinado desde niña, aunque no es lo único, ni lo que más me agrada. También escribir, cantar, bailar, leer, patinar, diseñar modas -con todo lo que implica desde dibujar el figurín, hasta el bordado fino y la decoración con canutillo, shakira y lentejuela- y tomar café.
Eso de de lo que me acuerdo por ahora.
Creo que se me pasa decir que también escuchar música, aunque no sé si eso es lo suficientemente obvio.
No me gusta tanto el cine ni la televisión, acaso algunos documentales o comedias. Prefiero la radio.
Me gusta mucho acurrucarme con mis hijas y mi hijo en la cama, comer botanas con ellos y tener largas charlas, divertirnos compartiendo anécdotas y pensamientos.
No me gustan los tumultos ni el escándalo. No soporto a la gente reactiva, estridente, incapaz de comunicarse con claridad, a quien distorsiona el vocabulario, a hipócritas, embusteros, envidiosos, a los incongruentes, a los cínicos, a los mezquinos.
Me gusta la poesía y la novela como géneros literarios.
Disfuto el clima frío, pero no el lluvioso.
Viajar, sí pero no por mucho tiempo.
Amo a los gatos.
Los perfumes que huelen dulce, fresco y suave, esos son los que a mi me van.
El vino tinto, la cerveza, los dulces méxicanos (eso ameritaría otro post entero, ya que cada época del año me "corrompe algún vicio", lo digo con humor. Por ejemplo, en enero es la rosca de Reyes, en cuaresma es la capirotada, en noviembre el pan de muerto, y todo el año los duces de calabaza, de coco, de cacahuate, el camote y la cajeta).
Le voy a cortar aquí porque otros afanes me ocupan, pero no dejo se mencionar entre las cosas más buenas que tiene la vida, los elotes con queso, mayonesa, mantequilla y chile, además del cielo en el ocaso.
Y por cierto, según sé esta canción es autoría de Carlos Berlanga o Nacho Canut.
domingo, 4 de noviembre de 2012
Cada quien con sus tijeras corta el vestido de su muerte
Qué
desazón se siente cuando alguien afecta mi vida o, peor que eso, lo más
importante de mi vida.
Por más
que intento dejar atrás o alejar a alguien de quien tener expectativas es inútil,
los lazos indisolubles entre ambos hacen que inevitablemente yo siga observando
cómo comete atrocidades. Pero en fin. Es más desgastante seguir pensando en
ello que suprimirlo.
Personalmente
considero improductivo enfadarme por las acciones patéticas repetitivas de un
absoluto percebe.
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