Qué
desazón se siente cuando alguien afecta mi vida o, peor que eso, lo más
importante de mi vida.
Por más
que intento dejar atrás o alejar a alguien de quien tener expectativas es inútil,
los lazos indisolubles entre ambos hacen que inevitablemente yo siga observando
cómo comete atrocidades. Pero en fin. Es más desgastante seguir pensando en
ello que suprimirlo.
Personalmente
considero improductivo enfadarme por las acciones patéticas repetitivas de un
absoluto percebe.
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