Toda mi vida he valorado la verdad como un ideal, pero
hoy caigo en la cuenta de que esa máxima de que “la verdad no es absoluta”, se
queda corta. No solo es relativa, sino que cada vez es menos verdad.
Cada quien cuenta la historia desde sus limitadas
posibilidades y en un mundo tan jodido donde sus habitantes conocen apenas tres
palabras, la verdad se va degradando al punto de volverse algo diferente de una
persona a otra y eso sucede en instantes, no hacen falta siglos para que el
significado de una palabra cambie de sentido.
Ahora, lo que antes tenía un connotación negativa en el entendimiento puede ser algo positivo y
viceversa, así que la verdad queda perdida entre la ignorancia, que a falta de
verdad es lo que más prolifera.
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