Algo
distanciada del sano ejercicio de escribir, algo que amo hacer, lo sé, en
verdad lo amo y ahora es como esa clase de amores con los que no hay cercanía.
Eso me
hace pensar que las personas a veces somos idiotas al dejar pasar la
oportunidad de estar con quien amamos. No debería ser así, cuando se ama, se
tiene que hacer lo que sea para estar con ese amor.
No creo
que mi caso sea algo irremediable, es solo una desorganización de prioridades…
De esas veces en que se hace lo más urgente y se posterga lo más importante.
Ahora
mismo me siento como niña de kínder, haciendo ejercicios de reautoencuentro con
la escritura, o no sé cómo llamar a esto de empezar de nuevo a practicar el ir
pensando en lo que quiero escribir, mover las manos sobre el teclado de la
computadora y desarrollar textos con algún sentido, secuencia, coherencia, algo
de cada uno de esos o por lo menos uno, o cualquier otro parecido que no haya
mencionado.
Aún así,
no me siento mal por la pausa que he hecho. No es mejor hacer mucho a cada rato,
pero chafa, que algo bueno, no importa cuando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario