Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

viernes, 19 de julio de 2013

Gatitos 2013

Creo que no había escrito antes sobre mi nueva acción a favor del medioambiente y de los animales indefensos. Desde hace poco más de un año comencé cuidando tres gatitos que una gata parió en el patio pero no los recogió hasta después de dos días. Entre tanto, les empecé a dar suero con goteros y con la ayuda de las gemelas.
A esa camada se la llevó su madre y unas semanas después vimos que las crías estaban enfermas, dos de ellas tuvieron infecciones serias en los ojos y después de atraparlos, los llevamos con el veterinario, quien finalmente nos recomendó la eutanasia. Fue muy triste pero lo hicimos para evitarles más sufrimiento.
Poco antes de eso habíamos encontrado a cuatro gatitos más, recién nacidos, en una bolsa de plástico en el contenedor de basura. Me conmovieron mucho, así que los rescaté y los coloqué en una caja esperando que su madre los viniera a buscar, aunque nadie sabía quién era ella.
Después de 24 horas no tuvimos noticias de ella y era época de frío, así que metimos a los gatos a la casa y comenzamos a hidratarlos con suero. Al día siguiente, las gemelas averiguaron cómo preparar leche para sustituir la de su madre y la preparamos, con una taza de leche de vaca, una cucharada de crema, una de miel y yema de huevo. Compramos mamilas para cachorros en la veterinaria y empezamos a alimentarlos.
Vimos que los tendíamos que higienizar masajeando su ano para que hicieran pipí y popó, así que con paciencia durante varios días lo estuvimos haciendo, colocándolos en periódico. Rápidamente fueron creciendo y haciéndolo por ellos mismos y para antes de cumplir un mes ya hasta comían algunas papillas y usaban el arenero. Fue increíbe que se críaran. A eso de los dos meses los dimos en adopción, solo se quedó con nosotros la gata, se llama Claire.
Por julio del 2012 unos niños trajeron a Glass, un gato blanco que estaba desnutrido, abandonado en una caja de zapatos junto a sus tres hermanitos muertos en el contenedor de basura. Pensábamos que se nos iba a morir, pero también se crió y se puso muy bonito. Cuando pensábamos darlo en adopción se enfermó. Parecía moribundo, así que el veterinario le inyectó un antibiótico, un esteroide porque traía una sarna muy fuerte y porque convulsionaba, además de pasar dormido casi todo el tiempo.
Se salvó y estuvimos postergando su castración por falta de dinero, pero sigue con nosotros y anda bien de salud.
Hace unos tres meses llegó de repente Kimera, una gata pelirroja que ya estaba preñada y dio a luz a sus cuatro crías aquí. Ahora tenemos siete gatos. Los hijos de Kimera se han ido desarrollando poco a poco y han tenido algunos problemillas de salud porque están debiluchos, pero los estamos alimentado ya con la leche sustituta y es que la madre también está desnutrida.
Lo que me preocupa es una infección que traen en los ojos, que les estamos tratando con manzanilla y se han ido recuperando.
De ellos, el que inicialmente era el más grande, ahora está muy afectado, no ha crecido y hasta parece deshidratado. Las niñas lo llamaron Kimero. Hoy después del trabajo le lavé los ojos con manzanilla, le lavé el cuerpo con toallitas húmedas de bebé y le di un poco de leche con la mamila. Espero que se recupere totalmente.
Los otros tres son Exodia, la más guapa, parece que usa una máscara como la del Fantasma de la Ópera, Kintaro, no sé por qué le pusieron así pero es pelirrojo como su madre y, Tiramisú, predominantemente negra con algo de mechitas en crema.


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