Hacía varias semanas que mi camioneta se descompuso y yo le dediqué tiempo a otras urgencias, pero hoy me propuse no hacer nada más que conseguir un mecánico que la viniera a checar y que la arregle, así que primero fui a cargar la batería a un taller eléctrico, ahí mismo le pregunté al señor si me podía recomendar a alguien que me checara la palanca de los cambios, ya que quería descartar que fuera eso, que es lo menos delicado.
Felizmente, el “Güero”, así se llama el eléctrico, sí conocía a alguien, lo contactamos y vino rápido. Instalamos la pila en la camioneta y al final, resultó que no era lo que yo sospechaba, sino la transmisión, así que fui a buscar otro taller donde reparan transmisiones y vinieron hasta mi casa a remolcar la camioneta, ya se la llevaron y me siento contenta porque ya arreglé un problema que tenía semanas esperando. Me siento la Mujer Maravilla. Ah es que antes de eso también cambié un fusible que hizo que fallara la luz de la casa, y arreglé varias cosas más, como un cajón que se rompió y otras pequeñas cosas de la casa, que aunque parecen nimiedades, a veces son grandemente satisfactorias.
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