Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

jueves, 6 de marzo de 2008

Caldo de pollo para el cerebro.

El otro día salí del trabajo a eso de las seis y me fui a la casa. Fue algo atípico, ya que por lo general me voy directo hacia la casa de mi suegra, por mis hijos.

Esa vez decidí hacer una escala y entré como hipnotizada a mi cuarto, me tumbé en la cama y dormí, dormí y dormí un par de horas.

Qué ejercicio tan egositamente misericordioso.

Si no fuera por ese tipo de escapes, me cae que llegaría al manicomio mucho antes de lo que está pronosticado.

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