Muchas veces me congratulo de estar tan ocupada, como para no tener tiempo de presumirlo.
En verdad, me hace feliz tener una vida propia y mejor aún, una vida real en el mundo exterior y no solo en las redes sociales, el internet y de más.
Por lo general, ni mi mano izquierda se entera de lo que hace mi derecha cuando se trata de algo bueno, y solo puedo decir que he invertido mi tiempo felizmente en algunas actividades a favor del medio ambiente, muy modestas, pero al menos me satisface haber hecho un cambio, por mínimo que fuese, aunque sé que aún hay mucho más por hacer.
A propósito de manos y del medio ambiente, justo en ese afán fue que me clavé una astilla como a la mitad del índice derecho y pensé que se me iba a encarnar como otra que está sobre la yema del mismo y que me ha afectado hasta la huella digital después de varios meses en que no ha salido de mi. Pues con la mano izquierda estuve batallando para sacarla y finalmente lo logré, cosa que me tiene muy satisfecha.
Dije al principio que lo es muy bueno tener vida, propia, real, ocupada y ahora añado interesante. Aunque sean pequeñas las cosas que suceden cada día me son significativas, me siento feliz, en balance y ahí vamos.
El clima ha estado excelente. Se me antoja tanto estar en Madrid o en Barcelona, o aunque sea en el DF, espero que pronto pueda.
Precisamente me di cuenta que ya es noviembre y esta vez no hubo alguien especial que propiciara actividad en mi zona cardiaca, así que sobreviví a octubre y no habrá otro en lo que resta del año, ni riesgo de enamorarme.
Asumo que es bueno.
Luz de todos los astros
Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.
martes, 1 de noviembre de 2011
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