Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

martes, 11 de agosto de 2015

Día poco optimista

Con frecuencia sufro dolores de estómago, de espalda o de cabeza. Cualquiera de los tres puede atacarme por causas diversas: gastritis, sinusitis, estrés. No soy una persona sana.

Como dice una amiga “conmigo, si no es Chana es Juana”, pero tener un día sin dolor es algo poco común.

He notado que algunas veces logro pasar varios días de la semana sin tomar pastillas para cada uno de esos dolores. Apenas la semana pasada me alegré de notar que así había sido, pero no encuentro cuál es el factor que me da la clave para tener mejor calidad de vida. Sospecho, pero solo es una sospecha, que dormir más sirve bastante, porque algunos de los días en que me sentí fenomenal me había levantado tarde y de hecho, el viernes antepasado decidí no hacer nada y dormí bastante todo el día, pero el sábado y domingo siguiente traía mucha pila, limpié la casa e hice más cosas sin sentirme cansada.

Hoy infelizmente me atacaron los tres dolores juntos y esto me ha pasado otras veces. Es terrible.

Lo que más me dolía era la cabeza, así que tomé una píldora de paracetamol con ácido acetilsalisílico y cafeína. Luego la espalda, tomé Robax gold.

Quería no tomar nada más porque el estómago no me dolía tanto, pero el dolor de cabeza solo disminuyó. El dolor de espalda se hizo más fuerte, así que pensé que podía deberse a la gastritis, ya que a menudo ese tipo de dolor llega a atravesar de mi estómago a mi espalda. Por eso tomé una ranitidina y una bitihiosina también.
He ingerido muchas píldoras por hoy y me sigo sintiendo de la patada.

Quisiera poder dormir, pero esa cafeína de la primera pastilla anda fastidiando.
Me siento inútil por hoy. No estoy calificada para operar maquinaria pesada, ni siquiera ligera.

No quiero salir de casa porque no quiero manejar, así que no iré a ningún lugar hasta sentirme mejor.

Tampoco puedo hacer trabajos en casa. Estoy completamente tumbada en el sofá con la laptop en las piernas, escribiendo solo gracias al zoom del monitor porque resulta que también estoy casi ciega…

Bueno, es que la semana pasada fui a un lugar donde había un módulo de exámenes visuales y me dijeron que tengo miopía severa en el ojo izquierdo. Que solo gracias a que el ojo derecho tiene mejor visión es que puedo llevar una vida normal, pero mi nivel de visión en general es malo y peligroso que siga manejando el carro así. Tan alta es la miopía que tengo, que ni siquiera con lentes de contacto o de policarbonato podría mejorar, de hecho, la graduación que ocupo no la hay en lentes de ningún tipo.
El optometrista dice que necesito cirugía y que después de eso aún tendría que usar lentes…

Tomándolo con humor pensé que si la canción de la Rondalla de Saltillo “Hasta dónde te quiero” fuera dedicada a mí, sería poco romántica porque el coro dice “¿quieres que yo te diga hasta dónde te quiero? ¡Hasta donde tus ojos no ven!” Pues los míos no ven a centímetros de distancia.

Soy como uno de eso autos que están listos para el deshuesadero. Decimos acá en el norte “puro yonke”.

Al menos puedo mover las manos y hablar, así le pido a mis hijas que hagan algunas cosas de la casa, mientras yo me hundo en el pantano de la autocompasión.


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