Ahora mismo tengo hambre.
Pregunto en mi mente ¿qué tengo en el refrigerador que pueda hacer para almorzar? Y pienso "tengo tomates, tengo cebolla, tengo sueño..."
Algún día me liberaré de las necesidades mundanales de mi cuerpo mortal y seré solo un alma libre de parar cada 4 horas para atender lo molesta que es el hambre, dejaré de sufrir los dolores de cabeza, de estómago, de espalda, el sueño, el calor, el frío y todas esas demandas fisiológicas.
Seré un alma libre que viaje por el mundo sin pasaporte, o mejor aún, viajaré por los mundos, por otros planetas sin miedo a perecer por falta de oxígeno. O podría sumergirme en las profundidades de los océanos, como dice la canción de Kinky "A donde van los muertos": Sin tener que salir a respirar.
Luz de todos los astros
Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.
viernes, 28 de agosto de 2015
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