Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

sábado, 16 de abril de 2016

Ella T. V.

Me propuse hacer un ayuno de televisión.
Últimamente he dedicado más tiempo del que yo quisiera a ver televisión y no lo lamento porque me ha dado dos beneficios, primero me ha servido para conocer nuevas tendencias en cuanto a cultura pop y segundo, me ha servido de escape para el exceso de estrés.
Ambas cosas son inapreciables, pero también quiero un tiempo para retomar lo mío. Por lo mío me refiero a cualquier cosa que tenga que ver con hacer o pensar cualquier cosa, porque ahora he confirmado más que nunca que si enciendo la tele se me apaga el cerebro. En verdad es genial hacerlo.
Soy alguien que piensa demasiado las cosas –es que a estas alturas, de algo me han servido los años de experiencia y lo menos que puedo es actuar con cautela para solo dar pasos seguros-, así que en ocasiones me harto de tanto analizar todos los detalles y busco distracción.
Inclusive, cuando la tensión por asuntos de la familia, el dinero o el trabajo afecta al grado de quitarme el sueño (literalmente), un excelente remedio es encender la televisión de mi recámara y ver cualquier programa de entretenimiento, en pocos minutos logro relajarme y dormir plácidamente.
Aunque la he pasado bien, no quiero volverme dependiente de la tevé y especialmente me abstendré solo por unas horas, para enfocarme en otras actividades pendientes.

No creo que sea importante para nadie, pero ya que siempre me quejo de no tener tiempo para escribir decidí dedicar este rato a hacerlo, en vez de ver televisión.

No hay comentarios: