Tengo tres abstinencias, todas me atormentan y no sé cuál es peor.
Me estoy absteniendo de fumar. No recuerdo cuántos días llevo sin tabaco pero me queda claro que la última vez que fumé fue antes del fin de la semana pasada.
Sí, está gacho porque de repente tengo ganas pero me las aguanto, de un modo muy firme me opongo a comprar una cajetilla de cigarros.
También estoy evitando comer demasiado. Uff, qué difícil. Cuando regresé de España me chiflé mucho so pretexto de haber extrañado la comida mexicana, pero me solté tanto la rienda que luego ya no pude parar. Ahora estoy evitando lo que más me gusta que es el pozole, los sopes… aaay, las enchiladas de la Aguascalientes. Tampoco me he podido comer un pastel de cumpleaños. Bueno, me comí una rebanada de pastel el día de mi cumpleaños, pero antes podía comer uno entero (bueno, exagero).
El alcohol no es una abstinencia precisamente, creo que lo sería si lo necesitara a diario, pero a decir verdad en todo lo que va del año (22 días) no me he tomado una cerveza, eso es algo extraordinario si se considera que el año pasado lo hacía varias veces a la semana. ¡Oooh! Ya recordé que eso es falso. Bebí una michelada en una fiesta, también cuenta aunque se haya evaporado rápidamente con todo el tequila que me estuvieron sirviendo después, como dijo Sabina, “un tequila por cada duda”. Qué bonita esa canción de “Por el boulevard de los sueños rotos”, por cierto... Y justamente, la tercera abstinencia sí tiene algo que ver con eso del tequila: la duda.
Luz de todos los astros
Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.
martes, 22 de enero de 2008
Rehab
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