Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Ideas y tiempo

Pensaba escribir desde hace varios días acerca de varios temas que tengo en mi cabeza.
Los días han pasado muy de prisa, a pesar de que son vacaciones, me he puesto a hacer tantas cosas que las 24 horas del día no me alcanzan.
Está por terminar este año, el 2015. En algún punto hace poco consideré la posibilidad de dedicar un post en este blog a recordar las navidades felices de cuando era niña, pero creo que no hay mucho tiempo para eso.
También tuve la tentación de hacer un recuento sobre lo más interesante de este año en mi vida, aunque… varias razones me detienen: Una es que me da pereza. Otra, que no me gusta ser tan vanidosa como para centrarme tanto en mi misma y otra, que no fue mucho lo que ocurrió, tan bueno como para contarlo.
En fin. Ganas de escribir si tengo, ideas también, tiempo muy poco y en muchas ocasiones lo hago mientras descanso de algún trabajo exhaustivo. Como hoy que lavé el baño hasta dejarlo reluciente de paredes, pisos y de más. Los dos fines de semana anteriores moví los muebles de la sala e hice limpieza, para pintar la pared donde Juliet colocó el pino de Navidad el domingo pasado.
Pintar esa pared fue un trabajo pesado, pero me encantó el resultado final. Lo pesado no fue exactamente pintar, sino mover los muebles y el subir y bajar para empujar la mesa de madera (algo pesada) en que me trepé para alcanzar la parte de arriba. Lo hice todo yo sola.

Hoy también lavé la ropa e hice algo más de limpieza, comida y fui al súper por despensa. Van a ser las 10 de la noche, pero me ya siento sueño.

viernes, 28 de agosto de 2015

Quiéreme que el tiempo es humo

Ahora mismo tengo hambre.

Pregunto en mi mente ¿qué tengo en el refrigerador que pueda hacer para almorzar? Y pienso "tengo tomates, tengo cebolla, tengo sueño..."

Algún día me liberaré de las necesidades mundanales de mi cuerpo mortal y seré solo un alma libre de parar cada 4 horas para atender lo molesta que es el hambre, dejaré de sufrir los dolores de cabeza, de estómago, de espalda, el sueño, el calor, el frío y todas esas demandas fisiológicas.

Seré un alma libre que viaje por el mundo sin pasaporte, o mejor aún, viajaré por los mundos, por otros planetas sin miedo a perecer por falta de oxígeno. O podría sumergirme en las profundidades de los océanos, como dice la canción de Kinky "A donde van los muertos": Sin tener que salir a respirar.  

martes, 11 de agosto de 2015

Día poco optimista

Con frecuencia sufro dolores de estómago, de espalda o de cabeza. Cualquiera de los tres puede atacarme por causas diversas: gastritis, sinusitis, estrés. No soy una persona sana.

Como dice una amiga “conmigo, si no es Chana es Juana”, pero tener un día sin dolor es algo poco común.

He notado que algunas veces logro pasar varios días de la semana sin tomar pastillas para cada uno de esos dolores. Apenas la semana pasada me alegré de notar que así había sido, pero no encuentro cuál es el factor que me da la clave para tener mejor calidad de vida. Sospecho, pero solo es una sospecha, que dormir más sirve bastante, porque algunos de los días en que me sentí fenomenal me había levantado tarde y de hecho, el viernes antepasado decidí no hacer nada y dormí bastante todo el día, pero el sábado y domingo siguiente traía mucha pila, limpié la casa e hice más cosas sin sentirme cansada.

Hoy infelizmente me atacaron los tres dolores juntos y esto me ha pasado otras veces. Es terrible.

Lo que más me dolía era la cabeza, así que tomé una píldora de paracetamol con ácido acetilsalisílico y cafeína. Luego la espalda, tomé Robax gold.

Quería no tomar nada más porque el estómago no me dolía tanto, pero el dolor de cabeza solo disminuyó. El dolor de espalda se hizo más fuerte, así que pensé que podía deberse a la gastritis, ya que a menudo ese tipo de dolor llega a atravesar de mi estómago a mi espalda. Por eso tomé una ranitidina y una bitihiosina también.
He ingerido muchas píldoras por hoy y me sigo sintiendo de la patada.

Quisiera poder dormir, pero esa cafeína de la primera pastilla anda fastidiando.
Me siento inútil por hoy. No estoy calificada para operar maquinaria pesada, ni siquiera ligera.

No quiero salir de casa porque no quiero manejar, así que no iré a ningún lugar hasta sentirme mejor.

Tampoco puedo hacer trabajos en casa. Estoy completamente tumbada en el sofá con la laptop en las piernas, escribiendo solo gracias al zoom del monitor porque resulta que también estoy casi ciega…

Bueno, es que la semana pasada fui a un lugar donde había un módulo de exámenes visuales y me dijeron que tengo miopía severa en el ojo izquierdo. Que solo gracias a que el ojo derecho tiene mejor visión es que puedo llevar una vida normal, pero mi nivel de visión en general es malo y peligroso que siga manejando el carro así. Tan alta es la miopía que tengo, que ni siquiera con lentes de contacto o de policarbonato podría mejorar, de hecho, la graduación que ocupo no la hay en lentes de ningún tipo.
El optometrista dice que necesito cirugía y que después de eso aún tendría que usar lentes…

Tomándolo con humor pensé que si la canción de la Rondalla de Saltillo “Hasta dónde te quiero” fuera dedicada a mí, sería poco romántica porque el coro dice “¿quieres que yo te diga hasta dónde te quiero? ¡Hasta donde tus ojos no ven!” Pues los míos no ven a centímetros de distancia.

Soy como uno de eso autos que están listos para el deshuesadero. Decimos acá en el norte “puro yonke”.

Al menos puedo mover las manos y hablar, así le pido a mis hijas que hagan algunas cosas de la casa, mientras yo me hundo en el pantano de la autocompasión.


viernes, 7 de agosto de 2015

8 Poderosas Decisiones para cambiar tu actitud.

Sueño color oro

Desperté emocionada porque soñé algo fabuloso que sí quisiera que se hiciera realidad. Estaba en Reynosa para la inauguración de un festival de música. Recuerdo que leía el cartel y venían anunciados conciertos de música clásica, pero el primer día, el concierto abridor fue con ¡El Tri! Por alguna razón llegué a un hotel donde encontré a muchos colegas reporteros de Matamoros, que habían sido enviados a cubrir. Estaban almorzando y me senté con ellos, aunque yo les decía que unas cuadras más adelante había un mercado donde se come delicioso y justo al lado, un conjunto de edificios parecidos a la Catedral metropolitana y al palacio Nacional. No alcancé a convencerlos de ir porque inmediatamente empezó la tocada del Tri y desde el balcón del comedor del hotel, donde estábamos, se veía y escuchaba perfectamente. Con la cámara de mi celular estaba grabando para postear en mis redes sociales que tenía lugar preferente. Empecé a corear la primera canción, “Millones de niños”. Fue graciosos porque alguien que estaba a mi lado me decía con sorpresa ¡Te las sabes todas! Le respondí que me extraña que El Tri, teniendo rolas tan prendidas inicié el concierto con una tan aguada. Pero en fin… Esa como quiera me gusta. Había funcionarios públicos en ese balcón, a la mayoría los conozco y hablé con varios. Más tarde salí de ahí con algunos de los que estaban también, caminábamos por un terreno cercano al hotel pero parecía como si fuéramos hacia un enorme centro comercial. En el cielo, pero a muy baja altura sobrevolaban helicópteros grandísimos y raros, no tenían la forma clásica, uno en especial tenía el parabrisas redondo como las ventanillas de las lavadoras, era color guindo. Se veía y oía alboroto. Escuché decir a alguien que el presidente Enrique Peña Nieto estaba en la ciudad y que había ocurrido un atentado contra él. De ese modo absurdo que pasa en los sueños, de pronto estaba en un trayecto con mi papá. Ya estábamos en Matamoros, él manejaba su camioneta. Me llevó a buscar la mía, me dejó en un estacionamiento de un centro comercial, pero no sé por qué no la encontré. Me distraje, anduve en las tiendas y luego tomé una pesera para ir a otro lugar. Al final me encontré con Lu, parecía que estaba de nuevo en Reynosa en el festival de música. Le pedí que me llevara a buscar mi camioneta pero seguía sin recordar dónde la había dejado. La encontramos en el estacionamiento donde antes me dejó mi papá. Curiosamente yo había dejado una botella de detergente líquido en el cofre, que aún seguía ahí. Nos reímos mucho porque yo espeté ¿cómo es posible que no se la hubieran robado? Y Lu me decía ¿la camioneta? Y yo le decía ¡No, la botella!

jueves, 23 de julio de 2015

Sin querer

Esta está en la lista de mis rolas más favoritas

viernes, 15 de mayo de 2015

Hoy me siento sola y esta casa se derrumba

Ya sé, eso suena tan fatídico. Pero es literal. Hoy sí estoy totalmente sola. Es fin de semana y mis hijos se fueron a casa de su papá, como muchas otras veces, pero ahora aparte no están los gatos. Hoy por la mañana llevé a Claire y a sus dos cachorros a esterilizar. La médica veterinaria me dijo que deben pernoctar en su refugio para mayor seguridad y estoy de acuerdo, sobretodo porque la cirugía de las dos hembras implica un mayor tiempo de cicatrización y en casa podrían querer salirse de la jaula, saltar y con eso corren peligro de que se les abra la herida. Así que anduve en la calle hasta muy tarde (bueno, casi las 11 PM) pero, de cierto modo no tenía muchas ganas de llegar. Sentía que no tenía mucho caso estar aquí si no hay nadie que me necesite. En mis 38 años de vida nunca había sentido eso. Nunca le he tenido miedo a la soledad. De hecho, aún pienso que es un estado que no me angustia. Hoy me siento sola, pero no desolada. Esa es la verdad. No solo me siento, sino en verdad estoy sola y no me aflige. Lo único que sí admito es que aún en muchas ocasiones, estando solas, las personas no nos sentimos solas. El estar y el sentir son diferentes. Estar solo es algo circunstancial, sentirse solo es como tener esa sensación a la que me refiero, cuando se tiene la conciencia de que no hay nadie más esperando por ti, o que tenga alguna conexión o razón para que tu presencia sea requerida. Y es muy curioso sentirse así. Sola. Nada más es como algo que no sucede muy seguido y que de repente me saca de mi cotidianidad. Pienso que la sensación de soledad no es tanto por la usencia de personas o gatos, sino por los sentimientos que recogí a lo largo del día. Gente que anda por la vida repartiendo amargura y gente que contamina el ambiente con todo tipo de actitudes. Gente corrupta, gente estúpida, gente hostil, gente hipócrita, gente mentirosa. En ese aspecto hoy sí fue como haber entrado al baño público de las emociones. Yo me propuse no cargar con eso. Y decidí desde mi corazón ser leal a mis convicciones, no traicionar, no traicionarme, no juzgar, no llevarme a la cama ni a la conciencia nada de la basura con la que hoy me tocó convivir. Sin embargo pasó otra cosa que fue curiosa: cuando llegué a casa me di cuenta de que estuvo cayendo escombro del techo (es que la casa es vieja y está muy deteriorada). Eso sucede a veces, pero sí coincide frecuentemente con los días en que la casa también está sola. Hoy la casa y yo estamos solas pero soy muy ingrata si hablo solo de lo gacho que me fue hoy, así que para concluir también diré que la pasé muy bien porque fui a comer con mi amigo Gregorio Martínez por su cumpleaños, con Juan Pablo, Felipe y Lu y estuvo rica la comida, agradable el momento y la conversación.

domingo, 29 de marzo de 2015

Grandes soluciones

Hice pequeños cambios en casa. Solo cambié algunas cosas de lugar y otras de circunstancia. Por ejemplo, reubiqué el escritorio de la computadora hacia un lugar más cercano a mi habitación y, con eso, la ubicación del modem. Espor eso que ahora puedo escribir en mii recámara (algo que me encanta y hace mucho timepo no hacía. Es que mi laptop anterior se descompuso y en esta nueva no tengo instalado el Microsoft, por eso solo escribo en la nube de Google Chrome). Todo se debió a que el lugar anterior de la computadora de escritorio tiene goteras y cada que llueve es un problema... Finalmente lo solucioné. Además, el lugar donde quedó ahora está al lado de la mesa de la televisión, donde haré espacio para instalar la impresora. Y con eso solucioné otro problema, ya que no tenía donde ponerla. También aproveché para limpiar bien, desde el techo hasta las paredes y el aire acondicionado, de las telarañas que ya estaban contaminando nuestro ambiente. Calculo que por lo menos reduje un 50 por ciento las bacteria que había en la sala. Tallé el piso muy bien con detergente y con la escoba, después enjuagué y sequé con el trapeador. Fueron pequeños cambios, pero solucionaron varios problemas y sin esperarlo, uno de los mejores fue el de la señal de internet en mi recámara, que no tenía y por lo tanto no podía usar para escribir como ahora lo hago. Es genial!

lunes, 23 de marzo de 2015

Sale mal

Casi nunca me quejo, pienso que soy bastante afortunada al tener la vida, salud, familia y tantas cosas más que sonarían infravaloradas si dedico mi tiempo a lamentar las cosas de todos los días. Sin embargo hoy me daré licencia de quejarme. Pues resulta que fui a comer a un restaurante de esos de comida ligth y pedí una ensalada. Me la sirvieron con hojas de lechuga muy claras y sin crutones de pan tostado... Luego no sé por qué me fui con la sensación de que me cobraron de más. Seguí mi camino hacia una mueblería donde quería cotizar una cama, no una base para colchón, sino la cama integrada con cabecera, pero no había lo que buscaba. Finalmente llegué al Auto Zone a querer comprar aceite para mi camioneta pero hubo un problema de algo de ellos y siempre no lo compré. Sentí que las cosas que tenía intención de hacer por ahora estaban saliendo mal, así que por un momento me agüité y pensé que todo está mal. Bueno, ese tipo de cosas también me pasan. Solo que no siempre hablo de ellas.

viernes, 20 de marzo de 2015

Decisiones

Lo único constante es el cambio, nada es permanente, todo es efímero. A veces uno piensa que se va a casar con algún proyecto y que el matrimonio durará para siempre, pero pasa que no solo en lo laboral, sino también en lo personal, las cosas cambian, las personas cambiamos y las circunstancias nos llevan a tomar decisiones. Algunas decisiones pueden ser dolorosas. Frustrantes, erradas, hasta estúpidas, pero también hay consecuencias positivas. Muchas veces cuando se toma una decisión difícil, resulta más complicado dar el paso que vivir con la consecuencia. Aún así, la vida nos da la oportunidad de rectificar, por eso no hay que temer. Hay que arriesgar. Con el tiempo uno se da cuenta que cuando sigue a la voz de su conciencia, sí llega al lugar correcto.

viernes, 13 de febrero de 2015

"Quiero saber qué es el amor" y lo estoy averiguando.

Podría sonar ordinario, pero para mí no podría haber en este momento mejor plan para iniciar mi Valentine's weekend, que estar en pants a las 7 de la tarde en casa, tumbada en el sofá, comiendo comida china y viendo una exhibición de patinaje sobre hielo en ESPN2.
Solo dos cosas lo han hecho aún mejor: la primera es que me puse a escribir en mi blog (algo que he redescubierto ahora mismo que me fascina) y la otra es que la exhibición está musicalizada por artistas en vivo.
Al primero que vi tocando fue a Foreigner con esa clásica romántica "I want to know what Love is" y me encantó ver combinado el espectáculo del patinaje, que es mi deporte favorito, con la música en vivo, que es definitivamente, lo mejor que hay en el universo.
Si San Valentín se trata de celebrar el amor, lo estoy haciendo muy bien, rodeada de las cosas que me hacen más feliz (la comida china no está incluida en este campo semántico, pero sí el placer de no tener que cocinar, sin tener que morir de hambre, aunque no puedo negar que el caramelo del pollo dulce-picante está delicioso).
Ver a estos patinadores está muy chido porque muchos son medallistas olímpicos y otros campeones de competencias nacionales, pero ahora no están compitiendo y es cuando los performances salen mejor, ya que lo hacen sin presión y ciertos de que van ahí a lucirse y a divertirse.
No podría haber tenido un mejor inicio de fin de semana de San Valentín.