Luz de todos los astros

Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.

domingo, 23 de septiembre de 2007

Harley o no Harley...

Estaba escribiendo una nota sobre el Bike Fest que viene a Matamoros, es un desfile de motocicletas provenientes de Estados Unidos que son bellísimas, la mayoría de estas son de colección y al tratar de estimar cuánto cuestan, reflexioné que… lo suficiente para comprar muchos, muchísimos kilos de tortillas.

Entonces me pregunté a mi misma: Miel ¿si tuvieras mucha lana te comprarías una Harley?

- Mmmmh… -me contesté- sólo si antes hubiera acabado con el hambre del mundo.

Y me sigo interrogando cómo puede haber gente que gaste miles de dólares en un capricho. Pero bueno, creo que muchas veces hago lo mismo, en una obvia proporción.

En fin, tampoco uno puede juzgar a la gente por lo que decide hacer para ser feliz.

Tantito de vida

Estoy a un minuto de que sea lunes 20, literalmente. Son las 11:59 de la noche y en unas horas mis hijos regresan a clases y yo a una rutina de mucho ajetreo, a batallar, pero ni modo, vamos pa’lante. Ya estoy muy cansada y eso que todavía esto no empieza. Lo que más me agobia es que las cosas escapen de mi control, como hoy que le tuve que pegar varios gritos a los menores para que ordenaran su cuarto, sus cosas de la escuela y para que hicieran sus obligaciones a tiempo.

Bueno, a quejarme menos y contar más cosas como la exposición a la que fui la otra vez. Sí estuvo muy buena, sobretodo las instalaciones de María José de la Macorra. Ella trabaja mucho con lo brillante y también son muy recurrentes en sus obras las cuentas. Por ejemplo puso unos cristales como tapizados de cuentas pintadas en negro y plateado, lucían espectaculares y también unos lienzos negros con pintura plateada con destellos de diamantina. Volviendo a las cuentas, creo que a todos nos deslumbró lo creativo de algo tan sencillo como formar una especie de tapete con collares que van desde uno pequeño hasta uno gigante y además, una cortina con tiras de cuentas.

Viva México ¡Cabrones!


El sábado pasado me invitaron a dar el Grito de Independencia en la prepa Juan José de la Garza. Fui con los menores (mis hijos), cenamos de todo -tamalitos, tacos, pozole, sopes, enchiladas, pan dulce, gelatinas, aguas frescas- y en abundancia, lo malo fue que Andrés, el mayor, estuvo escupiendo a la gente desde el balcón de invitados especiales y puso cara de fuchi cuando nos retratamos con el futuro alcalde, Erick Silva.

Yo también fui tentada por el diablo y elucubré ser ser presidenta y gritar desde Palacio Nacional ¡viva México, cabrones!

Nada en la nevera

La naturaleza, sabia y perfecta como sólo ella, pone sus límites sobre nosotros los diminutos humanos. Un ejemplo es esta méndiga infección que me hace lagrimar los ojos cuando ya llevo mucho tiempo frente a la computadora. Me obliga a retirarme, de lo contrario el par de soles que hay bajo mis cejas se nubla, se puebla de espesa bruma. ¡Qué coraje! No he terminado todo lo que tengo que hacer (y a decir verdad creo que nunca terminaré) frente a la computadora.

Bueno pero antes de irme, por lo menos quería avanzar un poco con las últimas de Pepito… (jajaja, Pepito es el personaje clásico de los chistes sobre niños impertinentes).

¿Por dónde empezar? Ayer me salté las trancas y no fui al curso de computación básica, quise ser rebelde, un momento, sólo un momento: el momento de la entrada. Lo malo (o bueno) fue que me quedé en la cama hasta mediodía y ya cuando quise dejar de ser rebelde, era demasiado tarde para llegar. Pecata minuta.

El refri

Bueno mi refrigerador está cobrando su propio papel protagónico en este blog. Sigue descompuesto, a veces enfría y otras no. El problema podría ser… adivinar cuándo. Digo podría porque para mí no es problema. Soy tan Chucha Cuerera que ya le agarré la onda, así que antes de que me falle, yo lo vacío primero y no hay más despensas perdidas. De hecho no hay despensas. Mi economía se ha visto severamente afectada y para suerte de mi refri (que por cierto tiene 11 años de antigüedad), no le he puesto demasiadas cosas que enfriar. Escribir esta decadente confesión sólo me hace recordar una película española que se llama “Nada en la nevera”, comedia bizarra súper recomendable que no tiene mucho que ver con mi circunstancia, en algunas escenas me sentí identificada con Carlota, pero por lo menos ella vació el refir para no claudicar por amor.

La estupidez del mundo nunca pudo y nunca podrá arrebatar la sensualidad

9 de septiembre 2007

Así lo dice Fito Páez, el gran maestro Fito Páez en su tema “Cadaver Exqusito” y es algo que me vino a la mente cuando estaba haciendo este blog, preguntarme por qué no empecé con él antes…

La carga hace andar a la mula

Mi abuelita Conchita dice (decía): “La carga hace andar a la mula…”

Qué razón tiene, digo, tenía (hablo de ella en presente sí creo que la gente muere cuando uno la entierra y yo la llevo a ella y a su filosofía de la vida muy vivas en el recuerdo). Pues me temía que la reparación del refrigerador me iba a salir más cara de lo que estoy en condiciones de pagar, por eso me iluminó el cielo y se me ocurrió moverle, a ver qué resultaba, después de todo nunca he creído que ningún técnico tenga dotes superiores y con mis limitados conocimientos de física, química, apelando a la lógica y un poco a la chiripa, pues… ¡lo arreglé!

No fue una gran proeza pero sí me tomó varios días, uno para repararlo y más previos para tomar la decisión de hacerlo.

La onda es que, como siempre lo he creído, este tipo de cosas me confirman esta idea: soy bien chingona. Lo único que sí me deja un tanto insatisfecha es estar todo el tiempo usando el blog para narrar mis aventuras en la cocina… En realidad es que son las únicas que suceden en mi vida y cómo me doy habilidades para resolverlas.

Después daré reseña de la exposición de pintura, escultura e instalación que fui a ver la otra noche al Museo de Arte Contemporáneo.

domingo, 9 de septiembre de 2007

Y sigue la mata dando

Hay días en que prefiero reservarme el derecho de escribir, así que no me he ausentado por falta de ganas, tal ves sí de tiempor porque ha salido bastante trabajo, pero también está el hecho de que los sucesos adversos pueden volver nuestras mentes en igual de desafortunadas, si se manifiestan al calor del momento. Pero hoy, ya maduras las cerezas, contenta las pongo sobre el pastel ¿alguien gusta?

Y nada, pues eso, que hubo mucho trabajo estos días de política en la atormentada frontera, más dos o tres obsesiones que se me meten en el alma y solo estoy a unas horas de sacármelas. Será para bien.

Hoy es mi día de descanso y amanecí con el refrigerador esplendoroso de pestilencia, parece que se descompuso un abanico que manda el aire frío del congelador hacia abajo, así que los perecederos perecieron y yo tengo que esperar a que amanezca completamente para salir a buscar a un técnico que lo repare (porque apenas van a ser las nueve de la mañana y a esta hora no hallaré a nadie en su sano juicio).

Me di cuenta que el verano se nos ha escapado sin hacer lo típico, algo divertido. Hoy, después de lo extraordinariamente entretenido que con seguridad será la reparación de mi nevera, estoy dispuesta a secuestrarme junto con mis hijos, a ver qué hacemos donde no nos lesionen los rayos ultravioleta, pero podamos chapotear o darle a algo como eso. Ya inventaré algo.

Qué miércoles...

Y nada, nada más que fue miércoles ayer y como casi siempre, pasada la medianoche, en el principio de un nuevo día es cuando me doy tiempo para reflexionar… o intentarlo. Puede ser que hoy la cerveza de nueva marca que estoy probando me haya puesto filosófica. Es una tal Kloster Light, estaba barata y hasta eso, no me pareció tan mala.

Dicen que las desgracias no vienen solas y, no creo en la suerte pero sí en la casualidad y también en que a veces coinciden muchas casualidades. Hoy por ejemplo, que a mi se me presentó un evento relativamente desafortunado, me encontré con alguien más, muy cercano a mi en una circunstancia bastante parecida, pero además a esa persona le había pasado otro incidente fortuito. Luego en la tarde, cuando llegué a casa de mis papás, mi padre me cuenta su rosario… Por la mañana le resultó un billete falso en el banco, después tuvo otras vicisitudes en su negocio y al final de la tarde le llamó una de sus hijas (que es mi media hermana) porque tenía un problema con una deuda. Aparte, cuando mi papá la fue a ver, a ella se le terminó el gas. Más tarde a uno de mis cuñados se le descompuso el carro, entonces el otro de mis cuñados le fue a ayudar a remolcar el carro y un agente de tránsito los detuvo para pedirles una modida (pues no traían licencia, ni modo). Mi mamá estuvo tratando de localizarme para que arreglara eso pero… mi celular se me peridió al salir de la fiesta en casa de Lupito. Así que bueno, terminó el miércoles y empieza un jueves de mucho trabajo para mi.

Feliz, feliz, feliz!




Pues mi red de mujeres periodistas celebró su primer aniversario y salvo por algunas pequeñas vicisitudes todo salió muy bien. Además me llegó el programa para el encuentro en Oviedo, me respondió Edu Collado de Madrid, me reecontré con un viejo amor aunque ahora él está en Monterrey. Mi amigo Toño se mudó también a Monterrey, ya hasta a mi me están dando ganas de largarme para allá. Por ahora hay que recordar que más del 85 por ciento de mis intereses emocionales están en Matamoros, obvio que principalmente mis niños

La Red de Mujeres Periodistas cumplió su primer aniversario

Lo difícil no es empezar sino mantenerse.


Lo dicho. Qué razón tenía aquel amigo blogero que propuso una prueba de “resistencia” de consistencia para quienes intentamos ese ejercicio. Está difícil (por no decir “macho cabrío”) tenerla. Hay que invertir tiempo y ese es un recurso muy tristemente no renovable que algunos ni siquiera en mínima cantidad tenemos…

Pues, sin embargo aquí está mi esfuerzo. Una pequeña aportación aunque sea sólo para quejarme pero que bien sirve para medir mi grado de constancia. Hacía cinco días no lo actualizaba y bueno, espero no volver a dejar pasar más tiempo, de nuevo.

Otra vez esa palabra pero, es que en este justo momento estoy a la carrera por terminar las notas de domingo… esas que, son como pepitas de oro que se atesoran a lo largo de la semana para poder “pachanguear” un poco este día. Lástima que esta vez no guardé lo suficiente. Tendré que escudriñar entre mis reservas pero eso no es lo peor, si no tener que hacerlo además con las obligaciones y los chamacos haciéndome comparsa. En fin, ya estoy en esto y de todos modos voy a suspender… ya queda menos tiempo.

Tan pronto como me sea posible (quizá hoy por la noche) suba las fotos de la fiesta de Lupito.

Lo que siempre digo: la vanidad no es mala. Lo malo es tenerla y no reconocerla…

Si pudiera quitarme la manía de asociar cada evento de mi vida con alguna canción, no estaría pensando en aquella bobada de los ochentas titulada “Angelo”, interpretada por Microchips y su cantante femenina, Totty. Chala lala uuh, chala lala… Hoy comienzo a escribir mi diario, yo lo recibí con hojas rosas y mil flores para mi, en el debo escribir mi más bella canción, la canción en que estás tu, Angelo.