El sábado pasado me invitaron a dar el Grito de Independencia en la prepa Juan José de la Garza. Fui con los menores (mis hijos), cenamos de todo -tamalitos, tacos, pozole, sopes, enchiladas, pan dulce, gelatinas, aguas frescas- y en abundancia, lo malo fue que Andrés, el mayor, estuvo escupiendo a la gente desde el balcón de invitados especiales y puso cara de fuchi cuando nos retratamos con el futuro alcalde, Erick Silva.
Yo también fui tentada por el diablo y elucubré ser ser presidenta y gritar desde Palacio Nacional ¡viva México, cabrones!Luz de todos los astros
Un paseo por el universo personal de quien observa la existencia desde un rincón del planeta.
domingo, 23 de septiembre de 2007
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